

Las Herramientas y Consejos que necesitas, basados en las últimas investigaciones y publicaciones científicas para tener seguridad y sentirte con el control de tu familia.
Las redes sociales se crearon para conectar a las personas y facilitar el intercambio de información. Desafortunadamente, han tenido efectos secundarios imprevistos, especialmente para los adolescentes.
Las tasas de suicidio en adolescentes han ido aumentando al mismo tiempo que las redes han ido ganando en popularidad. Esto contrasta con la decreciente tasa de suicidio en este rango de edad que ocurrió en los 20 años anteriores a las redes sociales. Aunque el suicidio adolescente es un tema complejo que no puede ser reducido a un solo motivo o condicionante, parece que el uso de las mismas supone un factor de peso.
Algunas estadísticas pueden ayudar a dar sentido a estos hallazgos:
¿Por qué todo esto importa? Por lo difícil que puede resultar para los adolescentes ver publicaciones en las redes sociales de vidas "perfectas" y cuerpos hermosos a lo largo del día sin compararse. Los años de la adolescencia suponen un período de cambios rápidos y significativos, tanto externos como internos. Hay partes muy incómodas durante todas estas transiciones cuando el cuerpo parece que se está desproporcionando o están desarrollándose nuevas habilidades cognitivas. Los adolescentes, debido a su recién adquirida capacidad para pensar de manera abstracta, son conscientes de estos cambios. Y, el egocentrismo de la adolescencia los impulsa a analizar en exceso estos cambios y a tratar de esconderlos de los demás. El estrés que genera tratar de ocultar algo que es completamente normal y transitorio puede ser abrumador para algunos adolescentes.
Además, la mayoría de las publicaciones en las redes sociales solo muestran acontecimientos positivos y felices, o fotos perfectas y editadas. Nadie publica sus dificultades, a menos que sea de manera sarcástica o humorística. Del mismo modo, casi nadie publica fotos que no muestren lo mejor de sí mismos. Los adolescentes rara vez ven a alguien hablando sobre una etapa difícil o una decepción de algún tipo en redes. Y en aquellas eminentemente visuales, como Instagram, casi nunca se ven acné, celulitis, estrías, cabello espeinado o ropa arrugada. Por ello, los adolescentes están viviendo una avalancha de perfección artificial que en la vida real es casi inalcanzable para alguien que no viva por y para su imagen.
Si a lo anterior añadimos la frecuencia y severidad del ciberacoso, la situación empeora. El acoso cibernético es tan frecuente porque el agresor está seguro detrás de una pantalla escribiendo y publicando cualquier tipo de contenido en contra de la víctima. Incluso aquellos adolescentes que nunca tendrían el valor de enfrentarse a otra persona en la vida real pueden crecerse estando tras la pantalla y causar daño. Además, incluso personas no relacionadas con el agresor o la víctima pueden unirse y continuar con el acoso. A diferencia de las generaciones anteriores, cuando el acoso escolar se limitaba a la escuela, el parque o el vecindario, el ciberacoso de hoy no tiene límites. Incluso si un adolescente cambia de escuela o vecindario, el acoso cibernético los seguirá donde sea que vayan a través de las redes sociales. No hay escapatoria.
Las redes sociales son una herramienta de comunicación que es fundamental para la mayoría de los adolescentes y no parece que vaya a cambiar en el corto plazo. Por lo tanto, debemos considerar establecer límites y enseñar a los adolescentes cómo administrar esa sociabilización en línea. Como padres, tenemos que hablar con ellos sobre cómo las imágenes que ven en las redes sociales son altamente artificiales, que las personas editan sus vidas de manera significativa y solo presentan los mejores momentos, y que todos tienen días buenos y malos.
Nuestra labor también pasa por enseñar a nuestros adolescentes a comunicarse de forma respetuosa y apropiada en el entorno online. Esto incluye explicarles por qué el acoso cibernético es negativo, cómo evitar perpetuarlo, qué hacer si alguien está acosándoles, y recordarles que todo lo que publican en línea será público y permanente. Incluso en las redes sociales cuyo contenido es temporal (como Snapchat o las historias de Instagram).
Finalmente, los padres hemos de saber que los smartphones y las redes sociales tienen el potencial de causar un daño real. Sumando el ciberacoso y las imágenes poco realistas de la vida, los adolescentes que pasan mucho tiempo en redes sociales tienen un mayor riesgo de depresión y suicidio. Ayudarles a comprender mejor los límites y la realidad que existe tras las redes sociales, así como establecer límites para en el uso de smartphones, puede ayudar a reducir este riesgo.
¿Qué edad tienen tus hijos y cuántas horas les permites usar sus redes sociales? ¿Qué opinas de la predominancia de esta forma de comunicación entre los adolescentes y las consecuencias que pueda tener a futuro? Cuéntanoslo en la sección de comentarios.
Fuentes:
Kenny, U., Sullivan, L., Callaghan, M., Molcho, M., et al. (2017). The relationship between cyberbullying and friendship dynamics on adolescent body dissatisfaction: A cross-sectional study. Journal of Health Psychology [Epub ahead of print], doi: 10.1177/1359105316684939.
Chao, C. & Yu, T. (2017). Associations among different internet access time, gender, and cyberbullying behaviors in Taiwan’s adolescents. Frontiers in Psychology 8, doi: 10.3389/fpsyg.2017.01104.
Twenge, J. M., Joiner, T. E., Rogers, M. L., & Martin, G. N. (2017). Increases in depressive symptoms, suicide-related outcomes, and suicide rates among U.S. adolescents after 2010 and links to increased new media screen time. Clinical Psychological Science 6(1), pp. 3-17. doi: 10.1177/2167702617723376
Vismara M., Toaff, J. Pulvirenti, G., Settanni, C., et al. (2017). Internet use and access, behavior, cyberbullying, and grooming: Results of an investigative whole city survey of adolescents. Interactive Journal of Medical Research 6(2), doi: 10.2196/ijmr.6231.
© 2018 Dr. Deanna Marie Mason
Dr. Deanna Marie Mason
Calle Téllez, 26, 28007 Madrid
E.
T. +34 912 192 862
Paypal te permite pagar directamente mediante tu tarjeta de crédito. También puedes pagar directamente con tu tarjeta a través de nuestra pasarela de pago con BBVA.
Suscríbete para aprender cómo guiarles y prevenir los problemas más habituales. ¡Y recibe mi E-Book con consejos de forma gratuita!